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agosto 10, 2021A pesar de la gran cantidad de cambios que se han generado en la sociedad, ciertos estándares de belleza nos siguen gobernando. Luz Federice, es Comunicadora Social y Activista en defensa de esta cuestión, hablamos con ella.
“Todo comenzó cuando una empieza a transitar algunos hechos en su vida real, donde empieza a descubrir como la violencia sistemática en nuestras vidas empieza a influir, como nos va a atacando. Esos actos gordofóbicos, en mi caso, empezas a ver la vida con otra perspectiva y empezas a entender que el mundo no es tan armonioso como parece, sino que es bastante, muchas veces, perverso. De una manera crítica, pensándolo, empecé a querer dar a conocer los actos gordofóbicos que atravesé en mi vida, para empatizar con otras chicas, mujeres, que les pueda haber pasado lo mismo”, dijo.
“También empecé a conocer a otras gordas, gordes activistas, que empezaron a contar, por su misma historia de vida, como transmitirlo a través de las redes sociales. Yo las usé desde siempre como una forma de contar todo lo bueno y lo malo que me pasaba, como una forma de descargo, casi como un estilo de vida. Empecé a complementarlo con la gordofobia y el feminismo en general, desde mi lugar, desde mis vivencias. Fue mi forma de descargo para que muchas mujeres comiencen a reconocer esas cosas que naturalmente vienen pasando y darle un significado. Cuando yo era pequeña se reconocían estos actos discriminatorios de bullying, acoso, pero no se le podía dar un significado, es un acto gordofóbico que va más allá del ataque en sí mismo”, agregó.
Ante la difusión de su historia descubrió que la gente de a poco va entendiendo su mensaje. “Hay gente que siempre me banca y está ahí, para darme un mensajito de fuerza, para sentir que siente lo mismo que yo todos los días, que ‘gracias por hablar por todas’, siempre hay una desigualdad de género, siempre la mujer está más hostigada, atacada y más juzgada por todo lo que hacemos y lo visual. Todavía falta muchísimo, aunque parezca que hay un avance”, sostuvo.
En cuanto a la difusión que hacen los famosos en sus redes, opinó que “hay gente que puede sentir presión social por ser famosos. Hay gente que tiene un peso mayor por eso y más si se le ataca por su cuerpo. Pero creo que también hay mucha gente que se está despertando y está viendo con otros ojos esto. Es un proceso de denuncia, de visibilizar, de debate, de poner esto en jaque y decir qué estamos haciendo, esto no puede seguir de esta manera. Hay cosas que están tan institucionalizadas, arraigadas, que hay gente que no lo puede ver. Pero hay gente que se está despertando y ve que esto no es solo un proceso discriminatorio, va más allá. Hay gente que no se puede vestir porque no encuentra ropa, siendo que esto es un derecho. Hay gente que no consigue un trabajo por tener cierto cuerpo, cierto peso. Hay gente que no se puede hacer un estudio médico, por ejemplo, el tomógrafo que tiene un cierto peso que puede aguantar”.
Recién ahora entre pares, grupos, la comunidad de gorda/gorde (como la llama Luz) empieza a exigirle al Estado que debata o cuestione, por ejemplo, la Ley de talles que busca que cada persona se pueda vestir a su gusto o placer. “Los adolescentes se crían en este contexto. Como un niño, un adolescente que tiene un cuerpo diferente al de la heteronorma, cómo no se va a sentir excluido, si en los medios y redes sociales te están diciendo que ser gordo es ser insalubre o que está mal. Si no podes reflejar o visibilizar la diversidad de cuerpos genera todo lo que va más allá del acto discriminativo”.
Respecto al movimiento Body Positive, contó que viene de la mano con todos los actos discriminatorios. El mismo invita a que cada uno pueda aceptarse cómo es, con las curvas que tenga, con las estrías que tenga, etc, y llevarle a la ciudadanía el amor propio, que no quede solo en lo visual sino en todo lo que hay que tener en cuenta para quererse.
“Es mucho el acoso que hay. Siempre hay alguien que te está comentando ‘que estás más gorda, que estás más flaca’. Esos comentarios ya se tienen que erradicar. Nadie tiene el derecho de opinar sobre el cuerpo ajeno”, expresó.
“Hay que seguir cuestionando. A lo mejor alguien que no está atravesando esta lucha y que se siente cómodo con su cuerpo, puede acompañar a esta lucha porque no sabes si algún amigo, hijo, está atravesando o sufriendo el mismo proceso. Toda persona ya sabe lo que tiene y lo que padece”, finalizó.