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julio 14, 2023Este viernes 14 abre “Reminiscencias” la muestra de pinturas y objetos escultóricos bajo la curaduría de Fabián Pereyra. La misma permanecerá abierta hasta el 14 de septiembre.
Esta muestra incluye piezas producidas en los últimos años, en la cual el artista indaga en la materialidad, formas, y poética de espacios y elementos en los que el tiempo ha depositado sus características.
Gabriel Garay nace en 1987, y está radicado en Unquillo (Cba) sus comienzos en el campo de la pintura fueron de la mano del artista Álvaro Izurieta en 2004.
Ha participado de muestras colectivas e individuales en la Casa Museo Splimbergo, en el Museo de Arte Contemporáneo de Unquillo (MACU), en la Casa de Córdoba, en Buenos Aires y diversas ferias, entre otras.
El Museo Armando Molina Rosa se puede visitar de jueves a domingo de 16:00 a 20:00 horas, y para los centros educativos trabaja los días martes y miércoles con horarios especiale.
VIDEO: Entrevista Fabian Pereyra, Director del Museo.
Yanina Luponio Sáenz en el texto curatorial nos relata:
Cada obra, un relato. Materia, forma, visión, sensibilidad y memoria. Recuperar las cosas para hacer más real lo real, atajos que nos llevan a cotidianos paisajes de nuestro territorio, lugares donde anida el tiempo herrumbrando la vida obrera de un pueblo. Cada obra vuelve visible lo ya visible, y al hacerlo pone al presente fuera de sí.
La minera y el ferrocarril figurando lo inconmensurable, la tensión evidente entre la abstracción y la figuración, entre lo intangible y lo tangible, entre la opacidad y la diafanidad. Este afectado presente de marcas y deterioro no es más que la huella de los cuerpos que nos construyeron. La representación al acecho de nuestra afectación.
Aquí la memoria aparece para trastocar cualquier marco de sentido, Garay difumina el borde del tiempo escarbando en las durezas del mundo. Habita las ruinas como las figuras humanas habitan sus obras, entre el ocio, la contemplación y la locura necesarias para mirar el mundo sin velos.
La polisemia de los objetos ¿Cuánto narra un horno de cal, un tanque de agua ferroviario? ¿Qué tienen para decir escaleras, columnas y ventanas? Un convite de la memoria a quitarle algo al presente de las cosas, un pliegue que incomode a la amnesia, la posibilidad de ser un “entre temporalidades”, salvar lo cotidiano iluminando el territorio y sus devenires. Dialogar con lo viejo y con lo muerto. Ver que de ello se alza y sobrevive. Un momento más en que la expectación nos permite cultivar la observación honesta, cruda, desprejuiciada que nos dice algo acerca de dónde venimos y hacia dónde vamos.