El pontífice, de 86 años, abandonó el hospital Gemelli de Roma en silla de ruedas, sonriendo y saludando a periodistas y fieles. «Se encuentra en mejor forma que antes», aclaró el médico que lo operó de una hernia abdominal.
El polémico dirigente y magnate de los medios de comunicación tenía 86 años y estaba internado en un hospital de Milán. Padecía leucemia mielomonocítica crónica.
El joven fue atacado a machetazos en un destino turístico de la costa del Pacífico el viernes pasado y permaneció más de tres días internado en grave estado.
El Pontífice consideró que es “una prescripción temporal: no es eterna como la ordenación sacerdotal”. Además, nuevamente puso excusas para venir a Argentina, su país natal.