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julio 17, 2025El hecho ocurrió el domingo por la noche. La comunidad educativa enfrenta, una vez más, el dolor y la impotencia ante hechos que se repiten cada año.
Una vez más, el Instituto Pablo A. Pizzurno fue blanco de un acto de vandalismo que genera indignación y tristeza. Durante la noche del domingo, personas desconocidas ingresaron al Campo de Prácticas del establecimiento y faenaron una oveja preñada. En esta oportunidad, se llevaron la carne, dejando en el lugar el cuero, las vísceras y al cordero que no llegó a nacer.
Juliana Prola, directora del nivel medio, expresó su desánimo frente a esta situación que, según indicó, se repite todos los años: «Es un predio muy grande que está cercado con alambrado, y eso hace que tengan libre acceso a un establecimiento privado. Estamos cansados. Esto no para. Se repite todos los años y, aunque no nos hace bajar los brazos, realmente duele».
Desde la institución manifestaron que comprar animales representa un gran esfuerzo económico y que estos hechos desalientan la inversión. “Invertir en algo para que después suceda esto cuesta mucho. Pero necesitamos los animales para enseñar a los estudiantes”, remarcó Prola.
Las cámaras de seguridad instaladas en el predio fueron revisadas, pero lamentablemente el sector donde ocurrió el hecho no cuenta con cobertura.
A pesar de todo, surgieron gestos de apoyo: “Tuvimos llamados de padres e interesados en ayudarnos con la donación de animales, y eso nos anima”, cerró la directora.


No se trata solo de un robo. Se trata de una herida profunda a una institución educativa que trabaja día a día por la formación de jóvenes. El daño no es solo material: es simbólico, emocional y pedagógico.
Necesitamos como comunidad comprometernos a cuidar lo que es de todos. Denunciar, estar atentos y no naturalizar hechos como este. El respeto por el trabajo, por la educación y por los seres vivos debe ser un valor innegociable.