Con gran convocatoria, el grupo MAC de Cooperativa La Vencedora reunió a mujeres del ámbito rural en una noche colmada de aprendizaje, emociones compartidas y valorización del rol femenino en el agro.

Durante la noche del martes 10 de junio, la Casa Central de Cooperativa La Vencedora fue escenario de un emotivo y enriquecedor encuentro organizado por el grupo de Mujeres Agrarias Cooperativistas (MAC), que reunió a decenas de mujeres rurales de la ciudad y de localidades vecinas. La jornada combinó formación técnica, relatos de vida e instancias de reflexión colectiva, en un ambiente de calidez y pertenencia.

La actividad comenzó con la exposición de Walter Medina, encargado del área de Servicios Sociales de la cooperativa, quien brindó información detallada sobre las coberturas de La Segunda Seguros, enfocadas en la actividad agropecuaria. La presentación generó gran interés entre las presentes, al ofrecer herramientas concretas para la protección y el desarrollo de sus emprendimientos.

Uno de los momentos más conmovedores de la noche llegó con la presentación de la historia de una familia de cuatro generaciones de mujeres dedicadas al agro. El relato resonó profundamente en la audiencia, al reflejar el esfuerzo cotidiano, la herencia de valores y el compromiso de tantas mujeres que sostienen silenciosamente la producción rural. El reconocimiento fue espontáneo y emotivo.

En un tono cercano y reflexivo, Silvina Fiant, Ingeniera Agrónoma de la Bolsa de Cereales de Córdoba, ofreció una charla que invitó a pensar el liderazgo desde la influencia cotidiana en los distintos espacios de la vida. Destacó la importancia de la complementariedad entre hombres y mujeres, del compañerismo y de la necesidad de tejer redes de apoyo. “Entregarse al beneficio de sentirse contenidas por una red” fue una de las frases que resonó con fuerza entre las asistentes, en referencia al trabajo constante del grupo MAC.

Este encuentro forma parte de una serie de acciones que el grupo de Mujeres Agrarias Cooperativistas viene impulsando con el objetivo de visibilizar, acompañar y empoderar a las mujeres rurales que día a día sostienen el desarrollo de sus comunidades. La noche del martes fue una muestra clara del valor de estos espacios: formativos, pero también profundamente humanos.