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mayo 21, 2025
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mayo 21, 2025La provincia se negó inicialmente a acatar a la Primera Junta y organizó una contrarrevolución armada que terminó con el fusilamiento de sus líderes. Una exposición en el Archivo Histórico rescata documentos clave de ese momento fundacional.
La fama de rebelde de Córdoba no nació en los últimos siglos, sino que se remonta a los días fundacionales de la Patria. El 30 de mayo de 1810, cuando la noticia de la creación de la Primera Junta en Buenos Aires llegó a la provincia, lejos de celebrarse, se gestó un intento de resistencia armada para sostener el dominio español.
El gobernador intendente Juan Gutiérrez de la Concha, junto al ex virrey Santiago de Liniers y otros líderes realistas, convocó a una reunión secreta con el fin de defender la continuidad del régimen colonial. La excepción fue el Deán Gregorio Funes, quien apoyó la causa revolucionaria desde un primer momento.
En ese entonces, la ciudad de Córdoba tenía unos 8.000 habitantes, con un 40% de origen español. La intención de resistir por la fuerza no prosperó: el 26 de agosto de ese mismo año, en el Monte de los Papagayos, los principales cabecillas fueron fusilados por orden de la Primera Junta, en un hecho decisivo que selló la integración de Córdoba al nuevo orden revolucionario.
Una muestra para recorrer la historia
Para conmemorar esta etapa crucial, el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba presenta hasta el 30 de mayo una muestra documental en Poeta Lugones 401, con entrada libre y gratuita. La exposición incluye reproducciones de documentos originales que permiten reconstruir el clima político y social de aquellos días.
“Cada pieza permite iluminar aspectos invisibles del pasado y entender cómo se fue construyendo la independencia desde distintas provincias, con ritmos y actores diversos”, explicó Gabriela Parra Garzón, directora del Archivo Histórico.
Entre los documentos, se destaca uno fechado el 23 de agosto de 1810, que solicitaba 12.000 pesos para financiar expediciones patriotas. También hay registros de desertores encarcelados, armamento deteriorado y amenazas al Deán Funes por su adhesión al nuevo gobierno.



La muestra revela el complejo desafío logístico, militar y político de sostener un proceso emancipador en un territorio vasto y poco poblado, con resistencias internas incluso años después de la Revolución de Mayo.
Según Parra Garzón, la convocatoria a Córdoba no solo fue para sumar adhesiones políticas, sino también para que la provincia hiciera aportes económicos esenciales a la naciente guerra revolucionaria. La propuesta incluye material digitalizado y una sala virtual de consulta, aunque se invita especialmente a recorrer la exposición de manera presencial.
Una oportunidad para redescubrir el papel fundamental –y también contradictorio– de Córdoba en los albores de la independencia argentina.