El intendente Marcos Ferrer se manifestó sobre el impacto social y económico del cierre de la planta de TDI en Petroquímica Río Tercero, que afecta a más de 100 trabajadores y pone en riesgo la sostenibilidad del polo industrial químico.

El intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, expresó su profunda preocupación ante el cierre de la planta de producción de TDI de la empresa Petroquímica, lo que ha dejado a más de un centenar de trabajadores sin empleo. La empresa justificó la decisión argumentando falta de rentabilidad debido a la apertura de las importaciones desde Asia, lo que ha creado un fuerte impacto no solo en su actividad, sino también en el conjunto del polo químico de la ciudad.

«La cuestión humana es lo primero que debe valorarse», expresó Ferrer en una entrevista con FM Sol, refiriéndose a los trabajadores que perderán su sustento. El TDI, producto clave de Petroquímica, es elaborado con ácido nítrico que provee Fábrica Militar, y sus subproductos abastecen a la empresa vecina Atanor, lo que refleja la interdependencia de las industrias en el polo químico. “El impacto productivo y económico afecta a todas las industrias de la zona», advirtió.

En cuanto al futuro del polo, Ferrer fue enfático: «La perspectiva de lo que se puede hacer es muy poca», aunque destacó que se gestionarán todas las medidas políticas necesarias ante el gobierno nacional y la empresa. Además, criticó fuertemente las políticas de importación sin aranceles, afirmando que esto «podría fundir a la industria nacional».

El intendente también señaló los altos costos de producción, especialmente los asociados al consumo energético de las plantas, y lamentó que no se consideren alternativas como el subsidio a la energía para preservar los empleos. «Es en estos momentos difíciles cuando uno debe reflexionar hacia dónde quiere que las cosas vayan», subrayó.

Por su parte, David Consalvi, secretario General de la Gobernación de Córdoba, señaló que el gobernador Martín Llaryora sigue de cerca la situación. «La Provincia acompañará el proceso de reconversión si la decisión de cierre es irreversible», afirmó Consalvi. Además, anticipó que se estudia la posibilidad de dictar la conciliación obligatoria, lo que podría abrir un espacio de negociación entre la empresa y los trabajadores. Sin embargo, advirtió que el panorama es complejo, ya que «hay cuestiones macroeconómicas y políticas arancelarias nacionales que impactan de lleno».

La situación ha generado gran incertidumbre en Río Tercero, una ciudad cuya economía está estrechamente ligada al desempeño del polo industrial químico, ahora en riesgo de verse gravemente afectado por las decisiones empresariales y las políticas nacionales de comercio.