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mayo 17, 2024Por la ola de frío y el salto del consumo, más de un centenar de estaciones de servicio y algunas industrias con “contrato interrumpible” están siendo afectadas para garantizar el suministro de gas residencial.
La primera ola de frío polar del año disparó el consumo energético y algunas distribuidoras de gas natural debieron cortar los suministros “interrumpibles” a más de un centenar de estaciones de servicio de GNC y a algunas industrias, con el propósito de garantizar el servicio a los usuarios residenciales, cuya demanda es “prioritaria”.
La noticia comenzó a reflejarse con largas colas en zonas en las estaciones de GNC que continúan abasteciendo en el AMBA y el sur de la provincia de Buenos Aires (incluida Mar del Plata) y se extendió a las ciudades de Neuquén, Río Negro Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y La Pampa, entre otras.
El corte también afecta a algunas industrias y otros grandes usuarios tanto de manera total como parcial.
El aumento del frío y su temprano arribo generó un fuerte salto, de al menos 100% en la demanda residencial, mucho antes de lo programado por las empresas.
Para estos casos, las distribuidoras tienen dos tipos de contratos: “en firme” y “con servicio interrumpible”, este último con precios más bajos, pero sujeto a contingencia. Si falta gas, la distribuidora puede suspender el servicio.
Si durante el invierno, la demanda de hogares no crece mucho (lo que ocurre en años como el 2023 en que las temperaturas invernales fueron relativamente moderadas), el contrato no se interrumpe y el cliente se ahorró algún dinero sin ningún perjuicio.
Si el año es frío, la distribuidora prioriza el abastecimiento domiciliario y lo primero que cancela son “los interrumpibles”.
Mientras continúen las bajas temperaturas continuarán los cortes, cada vez que haya sobre demanda de hogares; al menos hasta que se ajuste la temperatura a lo programado originalmente por las distribuidoras.
Estacioneros advierten:
El vicepresidente de la Cámara de Expendedores de GNC, Oscar Olivero, explicó que si bien en Vaca Muerta “hay sobrante de gas” y con ese recurso “alcanzaría para todo el país y también para exportar, lamentablemente no hay forma de transportar el gas hasta los centros de consumo porque el gasoducto Néstor Kirchner, tiene pendiente la finalización del tramo desde Salliqueló a los gasoductos troncales que van para las regiones norte este y oeste”.
Eso era sabido antes de comenzar la temporada fría. Pero se sumaron dos cuestiones: el recorte del abastecimiento local con buques de GNL importado y la política de subsidios que decidió el Gobierno para apuntalar su objetivo de sostener el superávit fiscal y el ahorro de dólares del Banco Central.
El gas que llega al país en barcos cuesta cerca de 13 dólares por millón de BTU mientras que el GNC en las estaciones de servicio se comercializa a 4 dólares el millón de BTU.
Desde la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha) alertaron por la situación e indicaron que “se están registrando restricciones operativas ordenadas en principio por las Distribuidoras Camuzzi y GASNOR a las estaciones de servicio de expendio de GNC, por aparentes razones de fuerza mayor”.
“Ello ha ocasionado el corte del suministro de GNC en varios partidos de las provincias de Buenos Aires, Tucumán, La Pampa, Catamarca, Santiago del Estero, Neuquén y Río Negro. Existe la posibilidad concreta de que esta situación se extienda a otras distribuidoras y en consecuencia a otros centros urbanos del país”.
Esta situación abre un interrogante sobre si la Argentina tendrá en invierno el abastecimiento suficiente para su demanda energética.
Una forma de solucionar el problema sería importar más gas pero es claro que tal medida obligaría a una erogación adicional de dólares que el gobierno nacional no tiene previstos.