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mayo 25, 2024Hoy, 25 de mayo, honramos la memoria y el legado de hombres y mujeres que, impulsados por un profundo anhelo de justicia y autonomía, demostraron que la unión y la determinación pueden transformar el destino de un país.
Hoy, recordamos a personas que, con su coraje y visión, forjaron los cimientos de nuestra querida patria. La Revolución de Mayo no solo fue un acto de rebelión, sino también un despertar de la conciencia nacional. Fue el inicio de un proceso que nos llevó a la independencia, y que nos desafía constantemente a construir una sociedad más justa, libre y solidaria. Por eso, cada 25 de mayo, recordamos que somos herederos de un legado de lucha por la libertad y la dignidad humana.
Esta fecha patria nos enseña que cada acción, por pequeña que sea, puede tener un impacto significativo en la transformación de nuestra sociedad. Su espíritu de lucha y sacrificio nos inspira a seguir adelante, enfrentando los desafíos de nuestro tiempo con la misma determinación y esperanza.
Por eso es que hoy quiero invitarlos no solo a recordar sino también a reflexionar sobre los valores que guiaron a nuestros próceres: la valentía, la solidaridad y el compromiso con el bien común. Es bueno que nos preguntemos cómo podemos nosotros, en nuestra vida diaria, contribuir a la construcción de un país mejor, más inclusivo y equitativo. Este día no es solo una página en nuestros libros de historia sino también una inspiración para cada uno de nosotros en nuestra vida personal y cotidiana.
Este día, celebremos nuestra identidad y nuestra historia. Pero también reafirmemos nuestro compromiso con el futuro. Un futuro donde la justicia, la igualdad y la libertad no sean solo palabras, sino realidades palpables para todos los argentinos.
Hoy, como siempre, enfrentamos tiempos difíciles, hay desafíos que ponen a prueba nuestra fortaleza y nuestra unidad. Ellos, los primeros revolucionarios, no eran diferentes a nosotros; tenían sueños, miedos y desafíos. Sin embargo, supieron transformar sus aspiraciones en acciones, sus deseos en realidad. Ellos nos demuestran que nuestros actos individuales pueden tener un impacto profundo y duradero en la sociedad: al ayudar a un vecino, al ser solidarios con quienes nos rodean, al esforzarnos por ser mejores en nuestros roles como padres, amigos, profesionales, al ser honestos y tener empatía por el otro estamos honrando el espíritu de mayo. Es bueno que nos preguntemos hoy… ¿qué estamos haciendo concretamente para darle continuidad a esta revolución? ¿Somos parte o solo espectadores de esta celebración? ¿Qué estoy haciendo hoy, yo, para continuar con este legado?
Por lo tanto, los invito nuevamente a recibir un llamado a la acción, un recordatorio de que somos capaces de grandes cosas porque en este 25 de mayo, celebramos no solo nuestra historia, sino también nuestra capacidad para transformar el presente. Que este día nos inspire a ser valientes en nuestras decisiones, generosos en nuestros actos y firmes en estos principios que hemos recibido.
¡Viva la Patria! ¡Viva la Revolución de Mayo! ¡Viva nuestra ciudad y cada uno de nosotros, constructores de este gran sueño argentino!