Es sin dudas una temática sensible por personas que padecen este tipo de impulsos, para sus familiares y la sociedad toda. La pregunta es ¿cómo debemos tratar la información los medios al momento de cronicar un acontecimiento de esta naturaleza? Para ello hablamos con Misael Moreno Frías, Psicólogo Clínico.

“Es importante que aprendan a no difundir los medios con los cuales alguien se mata, no dar detalles morbosos, sobretodo ser muy respetuosos con la intimidad de la persona que se ha quitado la vida, tanto del fallecido como de su familia; y tratar de focalizarnos mucho en potenciar el pedido de ayuda”, dijo.

Hasta no hace mucho tiempo se hablaba de que cuando uno trabajaba con la cuestión de suicidio los medios no tenían que decir nada y se convertía en un tema tabú. La indicación de los organismos de salud internacional, por ejemplo la Organización Mundial de la Salud, es que esto se debe comunicar con un determinado cuidado.

“Tenemos redes sociales, todos tenemos la capacidad de comunicar inmediatamente a muchas personas, todo lo que nosotros decimos también tiene un efecto no solamente los medios masivos de comunicación. Es sumamente dañino comentar algo sobre el método utilizado por una persona que se ha quitado la vida, también muchas veces nos encontramos con razones muy simplistas de por qué alguien se quitó la vida y eso también es muy dañino, sobre todo cuando ese algo al que le estamos atribuyendo la causa o la razón es alguien de su entorno porque estamos culpabilizando a alguien cuando la muerte por suicidio es muy difícil de afrontar y hacemos que la persona se sienta juzgada”, agregó.

A través de los medios de comunicación se puede difundir información útil para la prevención del suicidio como por ejemplo cuáles son los canales de ayuda profesional para la persona, cuáles son las señales de alerta y factores de riesgo, ayudar a desmitificar y reducir el estigma asociados a los problemas de salud mental.

“Tenemos mucha información de que el suicidio es algo prevenible. No hay un lugar en el mundo en donde la tasa de suicidio sea cero, es decir reducirlo a cero no parece algo posible por lo menos en los términos a los cuales no estamos enfrentando hoy. Si hay muchas políticas que reducen significativamente la tasa de suicidio y eso es algo sumamente importante, entonces apuntamos a reducir las tasas de suicidio, a que en una sociedad el estigma por salud mental sea bajo y que la accesibilidad sea alta, que quien tiene un problema de salud mental lo pueda identificar rápidamente y vaya a pedir ayuda a un profesional. Y también ayudar mucho a que una persona desarrolle conciencia de que esto no sea subestimado porque a veces nos encontramos con familias que ante un comentario de su hijo/a que le dice “estoy pensando en matarme” dicen “bueno, ya se le va a pasar”, “es adolescente, quiere llamar la atención” y eso demora considerablemente la búsqueda de ayuda”, precisó.

Por otra parte manifestó que en los últimos años ha crecido la atención que las políticas públicas le están dando a esta temática. Debido al estrés adicional que la pandemia ha dejado hizo dar cuenta de que hay una necesidad de trabajar políticas de salud mental. También sostuvo que “necesitamos fortalecer lo que es la interdisciplina a nivel Argentina, sobre todo porque pensamos muchas veces que tenemos que recurrir siempre a un especialista con esta temática y no necesariamente, sobre todo en ciertas localidades donde pensamos “tendría que haber un psiquiatra acá” y no nos damos cuenta que los psiquiatras son de los más escasos. Tenemos que fortalecer más a los enfermeros, a los médicos generalistas o a quienes estén trabajando en los centros de salud”.

Por último indicó que ha crecido la demanda relacionada a problemas de salud mental, no solo con suicidio o conductas suicidas sino en otras temáticas como por ejemplo el estrés laboral, entre otras.