Brouwer de Koning – “Quiero ser la que represente al interior del interior”
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noviembre 16, 2021Un nuevo estudio publicado por la Asociación Luchemos por la Vida indica la existencia del miedo que puede tener una persona a la hora de conducir un vehículo, la Amaxofobia. A fines de profundizar el tema dialogamos con Mario Funes, Docente y Capacitador.
“Es el miedo sostenido o intenso a conducir y esto genera en el conductor una inquietud permanente antes y después de conducir, problemas físicos o mentales. Ese temor a conducir puede llevarlo a inhibirlo para la conducción totalmente”, explicó.
Además el estudio indica que es un temor que aparece tanto en hombres como en mujeres, en estas últimas un poco más.
“Esto aparece por diferentes motivos y ataña a la personalidad y a las características que tiene cada persona pero podemos decir que hay ciertos patrones. Entre ellos en los jóvenes el hecho de haber bochado el examen de conducción o recibir recriminaciones, maltrato de seres que les son significativos a la hora de la conducción por lo tanto esto genera inseguridades. Pero cuidado porque también puede aparecer en conductores experimentados, por alguna siniestrabilidad vivida en alguna oportunidad o algún familiar que haya padecido alguna siniestrabilidad vial puede aparecer esta alteración y este problema de ansiedad que es tratable”, anexó.
Cuando se instala el problema, la persona padece síntomas cognitivos en forma de pensamientos negativos recurrentes que lo dominan y desencadenan fuertes emociones displacenteras. Y en muchos casos, malestares físicos diversos que pueden llegar a manifestarse como ataques de pánico (que incluyen taquicardia y sudoración).
La consecuencia es que las personas dejan de conducir o lo hacen en condiciones limitadas, solo conducen cerca de su casa, o a baja velocidad, o acompañadas. Esta situación refuerza su malestar emocional con fuertes sentimientos de inferioridad, de tristeza, enfado y culpa.
Por último se refirió al tratamiento de la Amaxofobia. “En primer lugar que se haga una autoevaluación de su situación, de cómo se manifiesta en el tránsito y porqué tiene estassensaciones displacenteras.Pero en segundo lugar hay terapias (grupales e individuales) que apuntan a que esos pensamientos negativos se vayan transformando en positivos, y exponer gradualmente a la persona a la situación del tránsito. Hemos visto terapias que se han hecho, tanto grupales como individuales, y los resultados realmente son efectivos pero insisto en que nos autoevaluemos porque en nuestro país la siniestrabilidad vial es la principal causa de muerte en la juventud y se puede evitar”, concluyó.