A raíz de la aparición de carpinchos en Nordelta (Bs. As), se generó el interrogante sobre qué pasa con su implementación. Leonel Mingo, Coordinador de la Campaña de Humedales de Greenpeace, conversó sobre esta problemática.

“Los humedales hoy están a la buena de Dios. No hay ninguna legislación ni ninguna normativa nacional que los proteja, ni siquiera que los identifique. Hace más de 10 años que estamos desde Greenpeace tratando de lograr que se sancione una Ley de Humedales que los proteja”, contó.

En Argentina se estima que prácticamente el 21 por ciento del territorio son humedales. En Córdoba hay uno de los humedales más importantes y grandes del país, que es la laguna de Mar Chiquita. Todos esos ecosistemas son muy ricos y generan beneficios muy importantes, no solamente para la naturaleza sino principalmente para los seres humanos que nos nutrimos de la naturaleza.

“Los humedales sirven para mitigar los efectos de la sequía, los efectos de cuándo hay inundaciones porque los humedales funcionan como especie de esponja natural de la naturaleza en el sentido de que cuando llueve mucho absorbe el agua y lo mantiene cautiva dentro de sí mismo. Sirven también para prevenir incendios como barrera protectora, también sirven para potabilizar el agua que nosotros consumimos y también sirven para mitigar los efectos y el avance del cambio climático ya que los humedales capturan el dióxido de carbono”, agregó Leonel.

Cabe recordar que el proyecto de Ley se presentó por primera vez en 2013 con media sanción, luego se cayó y en 2017 se vuelve a presentar obteniendo el mismo resultado en la Cámara de Diputados. “Hoy estamos peor porque el proyecto de humedales se presentó a fin del año pasado y recién tuvo el dictamen de una sola comisión que es la de ambiente. Si no tiene la comisión de las restantes tres pierde estado parlamentario a fin de año, o sea que volveríamos otra vez a cero y eso sería alarmante”, sostuvo.

Los tres grandes ejes centrales de la Ley son los siguientes:

1. Se tiene que terminar el inventario de humedales. Aún se desconoce la cantidad de humedales que hay, en qué lugares se encuentras y de cuánto es su deterioro.
2. Se tiene que dictar una moratoria que impida seguir avanzando con la destrucción de los humedales.
3. Se tiene que incluir la figura del delito penal dentro del proyecto en el sentido de que, toda persona que destruya un humedal vaya presa.

Una especie como el carpincho es autóctona. “Son autóctonas de Nordelta, ellos estaban ahí inicialmente, evolucionaron ahí y es su hábitat. Por eso es que cuando se generan condiciones óptimas en ese lugar que era de ellos vuelven porque es donde habitaron durante generaciones y generaciones. La solución no es enjaularlos, sacarlos de su hábitat y mandarlos a otro lado porque es un lugar en donde se pueden establecer”, cerró.